Presentación

Queremos invitar al ámbito tanguero a una nueva milonga porteña. Bailarines y músicos que compartan un espacio por fuera de lo tradicional, sin descuidar las formas del tango. Un lugar para tocar composiciones nuevas y expresarse libremente a través de la danza. Un espacio de encuentro que fomente la creación en el baile y en lo musical desde el presente, en una dirección contraria a la nostalgia, que pueda alimentarse de la inmensa cantidad de personas que van redescubriendo en el tango una forma de hacer cultura en la ciudad.
Cultura que adquiere muchos colores a la hora de elegir hacia dónde llevarla, quiénes la protagonizan y qué intenta desarrollar.
Es difícil promover un espacio tanguero, y aislarse de las célebres frases que se escuchan últimamente sobre el género. ¿Cómo es eso de que el Tango es “patrimonio de la humanidad”, “la soja porteña”, en qué marco artístico y político entra esta propuesta? El famoso tango “for export” ¿no termina funcionando como un límite al desarrollo del género?
Hacer tango hoy en día es un acto de resistencia, y una forma de resistir es generar espacios que funcionen como alternativa, que atraigan desde la novedad y que exijan, desde la fuerza y el éxito que tengan, el espacio que les corresponda en el circuito. Al tango le corresponde otro lugar que el “for export”, como música popular no puede estar pensado de otra forma que no sea el de la renovación y la constante inventiva, y como danza creada por el pueblo no podemos dejar de pensarla como un juego de improvisación y creación constante entre los integrantes de la pareja, dejando de lado la idea del tango donde el hombre "manda" y la mujer “lo sigue”.
Por eso queremos impulsar un espacio que admita la renovación y a la vez acepte determinados códigos de la danza un espacio que sea "bailable”.
Pensamos un formato de clase al comenzar la milonga, seguido por algunas tandas para ejercitar los cuerpos, continuando con un concierto donde el músico y el bailarín sean libres de experimentar sobre las infinitas formas de alianza que puede haber entre los pies y los instrumentos. Proponer el baile desde todo tipo de formaciones instrumentales.
Continuar con tandas de música y mechar cuando sea posible un escenario abierto sin perder la idea de que la noche arrancó bailando y así debe terminar.
Así, les dejamos la invitación, una propuesta para que le saquemos el polvo al tango, lo disfrutemos como se merece y lo reciclemos tantas veces como sea posible.
Hay tango y no hace falta la gomina.

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